EL PARAISO DE LOS CALCETINES
Siempre le he dado poca importancia a la finalización de las piernas, de hecho para mi los pies han sido los grandes marginados del cuerpo de mujer. Tras años de experiencias, lecturas y aburrimientos descubrí la cantidad de puntos de acupuntura, y por tanto puntos sensibles, que ese oloroso apéndice preserva, el placer que experimentamos en caminar descalzos por el fresco y verde césped de primavera (plagado de avispas y espinas dispuestas a amargarnos el momento), los masajes de pie, tan graciosamente comentados por los asesinos a sueldo en sus tiempos muertos, y me siento culpable.
Los pies son importantes y deben ser, no solo preservados con mimo, sino respetados en todo momento. Amigos y amigas, ¡no los metamos en esas crueles botas de chúpame la punta! Chicas, travestis y Drag Queens, ¡no los sometáis al vértigo y presión de las alturas de un tacón tipo aguja o descomunal plataforma! Estimados guardias civiles: ¡luchar por una hora de descanso obligada para ventilar los pies de esas infames botas hasta la rodilla después de tantas horas defendiendo el orden o la ley! Revindico en este momento la "descalcez" y todo lo que se le parezca. Ese olor tiene que ser un aviso, es una protesta contra la opresión, el desmesurado crecimiento de las uñas es ansia de liberación no un simulacro de ave rapaz o bivalvo de dudoso sabor.
Todas estas reflexiones comenzaron gracias a los calcetines. Estos que protegen a nuestros pies de frío, que absorben sudores o nos protegen de la inclemencia de un calzado duro y cruel. Siempre me he fijado en las curiosas propiedades del único verdadero defensor del pie y entre muchas de ellas hay una que no dejará de sorprenderme. La continua desaparición de estos elementos en algún momento entre el proceso que va desde su deposito en la bolsa o cesta de ropa sucia hasta el cajón de nuestro armario. ¿que diablos ocurre con estos calcetines? ¿A donde van a parar?¿porque siempre desaparecen solos y nunca en pareja? ¿existe un mecanismo de selección dentro de las lavadoras? ¿se alimentan estas de calcetines? ¿es acaso Zannusi dueño de alguna fabrica de calcetines oculta?
Mucho he meditado sobre esta sorprendente propiedad de una de las prendas de vestir mas escurridizas y misteriosas. Tengo varias teorías:
Planteémonos por una vez que los calcetines tienen sentimientos. Entonces, es posible que algunos calcetines se odien, que hagan todo lo posible por separarse uno del otro, yo nunca he estado de acuerdo con las parejas concertadas. Eso explicaría porque la desaparición es siempre individual. Pero.....¿a donde van los escapistas? Menuda putada que te encuentren y volver con tu oloroso amigo sabiendo este que le has tratado de abandonar descaradamente.
Por otro lado, el calcetín desaparecido pocas veces vuelve con su compañero el mismo día pero si es cierto que la mayoría de las veces vuelve. Esto puede suponer otra teoría: que los calcetines se van de juerga. Propongo un experimento. Marquemos cada par de calcetines con un número. Por ejemplo, esos mike que compraste en el mercadillo, escribiremos un 1 en un calcetín y un 2 en otro. Después los someteremos al proceso de limpieza convencional. Cuando los guardemos en el cajón veremos que calcetín ha desaparecido. Si este vuelve a aparecer días después, esta claro quien se ha ido de juerga. Si repite ya tenemos un clásico calcetín golfo. Pero, ¿a donde van los que no vuelven? Descarto la teoría del modulo de canalización de calcetines hacia una fábrica oculta por se demasiado compleja para una multinacional. También la de la alimentación desconocida de las maquinas de lavar, no creo que les gusten los textiles.
Finalmente y tras numerosas cavilaciones decidí aceptar la existencia del paraíso de los calcetines: Hay algún lugar a donde los calcetines añoran llegar. Un lugar donde el sufrimiento no existe, donde no hay mejillones que cercenen sus tejidos, donde los pies no los sudan y perfuman sin piedad. Es el paraíso de los calcetines. No se porque desaparecen de forma individual en la mayoría de los casos pero estoy sobre la pista, el primer paso esta dado para comprender este extraño ritual de desaparición o ¿debería decir a partir de ahora de “liberación”?
Por ello, si algún día tu calcetín preferido desaparece no te enfades. Alégrate porque ha ido a un mundo mejor. Lo se, es duro llevarlo a lavadora sabiendo que en cualquier momento nos va a dejar pero la vida es así. Vete al mercadillo y por tres euros tendrás 17 pares mas, 34 calcetines que con el tiempo serán liberados. Si, no importa la cantidad de calcetines que compres.....siempre tienes que volver a comprar mas, y no porque se gasten. Uno nunca deja de comprar calcetines. Sin embargo ahora, cuando vayáis a la feria del sábado podréis decir sin miedos, cual orgullosos marines empuñando lanzamisiles selectivo de destrucción masiva, que no vais a comprar calcetines..............vais a liberarlos.