lunes, 30 de abril de 2007

EL PARAISO DE LOS CALCETINES


Siempre le he dado poca importancia a la finalización de las piernas, de hecho para mi los pies han sido los grandes marginados del cuerpo de mujer. Tras años de experiencias, lecturas y aburrimientos descubrí la cantidad de puntos de acupuntura, y por tanto puntos sensibles, que ese oloroso apéndice preserva, el placer que experimentamos en caminar descalzos por el fresco y verde césped de primavera (plagado de avispas y espinas dispuestas a amargarnos el momento), los masajes de pie, tan graciosamente comentados por los asesinos a sueldo en sus tiempos muertos, y me siento culpable.
Los pies son importantes y deben ser, no solo preservados con mimo, sino respetados en todo momento. Amigos y amigas, ¡no los metamos en esas crueles botas de chúpame la punta! Chicas, travestis y Drag Queens, ¡no los sometáis al vértigo y presión de las alturas de un tacón tipo aguja o descomunal plataforma! Estimados guardias civiles: ¡luchar por una hora de descanso obligada para ventilar los pies de esas infames botas hasta la rodilla después de tantas horas defendiendo el orden o la ley! Revindico en este momento la "descalcez" y todo lo que se le parezca. Ese olor tiene que ser un aviso, es una protesta contra la opresión, el desmesurado crecimiento de las uñas es ansia de liberación no un simulacro de ave rapaz o bivalvo de dudoso sabor.
Todas estas reflexiones comenzaron gracias a los calcetines. Estos que protegen a nuestros pies de frío, que absorben sudores o nos protegen de la inclemencia de un calzado duro y cruel. Siempre me he fijado en las curiosas propiedades del único verdadero defensor del pie y entre muchas de ellas hay una que no dejará de sorprenderme. La continua desaparición de estos elementos en algún momento entre el proceso que va desde su deposito en la bolsa o cesta de ropa sucia hasta el cajón de nuestro armario. ¿que diablos ocurre con estos calcetines? ¿A donde van a parar?¿porque siempre desaparecen solos y nunca en pareja? ¿existe un mecanismo de selección dentro de las lavadoras? ¿se alimentan estas de calcetines? ¿es acaso Zannusi dueño de alguna fabrica de calcetines oculta?
Mucho he meditado sobre esta sorprendente propiedad de una de las prendas de vestir mas escurridizas y misteriosas. Tengo varias teorías:
Planteémonos por una vez que los calcetines tienen sentimientos. Entonces, es posible que algunos calcetines se odien, que hagan todo lo posible por separarse uno del otro, yo nunca he estado de acuerdo con las parejas concertadas. Eso explicaría porque la desaparición es siempre individual. Pero.....¿a donde van los escapistas? Menuda putada que te encuentren y volver con tu oloroso amigo sabiendo este que le has tratado de abandonar descaradamente.
Por otro lado, el calcetín desaparecido pocas veces vuelve con su compañero el mismo día pero si es cierto que la mayoría de las veces vuelve. Esto puede suponer otra teoría: que los calcetines se van de juerga. Propongo un experimento. Marquemos cada par de calcetines con un número. Por ejemplo, esos mike que compraste en el mercadillo, escribiremos un 1 en un calcetín y un 2 en otro. Después los someteremos al proceso de limpieza convencional. Cuando los guardemos en el cajón veremos que calcetín ha desaparecido. Si este vuelve a aparecer días después, esta claro quien se ha ido de juerga. Si repite ya tenemos un clásico calcetín golfo. Pero, ¿a donde van los que no vuelven? Descarto la teoría del modulo de canalización de calcetines hacia una fábrica oculta por se demasiado compleja para una multinacional. También la de la alimentación desconocida de las maquinas de lavar, no creo que les gusten los textiles.
Finalmente y tras numerosas cavilaciones decidí aceptar la existencia del paraíso de los calcetines: Hay algún lugar a donde los calcetines añoran llegar. Un lugar donde el sufrimiento no existe, donde no hay mejillones que cercenen sus tejidos, donde los pies no los sudan y perfuman sin piedad. Es el paraíso de los calcetines. No se porque desaparecen de forma individual en la mayoría de los casos pero estoy sobre la pista, el primer paso esta dado para comprender este extraño ritual de desaparición o ¿debería decir a partir de ahora de “liberación”?
Por ello, si algún día tu calcetín preferido desaparece no te enfades. Alégrate porque ha ido a un mundo mejor. Lo se, es duro llevarlo a lavadora sabiendo que en cualquier momento nos va a dejar pero la vida es así. Vete al mercadillo y por tres euros tendrás 17 pares mas, 34 calcetines que con el tiempo serán liberados. Si, no importa la cantidad de calcetines que compres.....siempre tienes que volver a comprar mas, y no porque se gasten. Uno nunca deja de comprar calcetines. Sin embargo ahora, cuando vayáis a la feria del sábado podréis decir sin miedos, cual orgullosos marines empuñando lanzamisiles selectivo de destrucción masiva, que no vais a comprar calcetines..............vais a liberarlos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi el pie es una parte imprescindible de la anatomía femenina (como el resto de las partes, claro está ¿quién prescindiría de alguna por propia voluntad). Me gustan pequeños y proporcionados, con dedos bien hechos y acordes al tamaño. Los pies, (bien limpios, evidentemente) son besables y abrazables (incluso)... los hombros, las claviculas, el cuello, la cadera, las manos, las muñecas, la espalda, la curva de la cintura de una mujer recostada... en fin, más allá de las tetas ¡hay vida!

Anónimo dijo...

Podrías titular el comentario con un clásico:"El pie, ese gran desconocido", y su continuación: "el pie II, su funda: el calcetín", jejj.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en la liberación del pie, en el placer de andar descalzo y la multitud de sensaciones que se pueden sentir en tan limitada zona de nuestra anatomía; pero tengo dos excepciones, las cuales se deben a dos enfermedades de las que me considero afectado:
1) Soy un enfermo de los playeros, tenis, deportivas o como les querais llamar. Es superior a mi, siempre veo algún par que me encandila y me llama... menos mal que a veces no dispongo de pasta que si no... bueno, aún conservo fuerza de voluntad para moderarme en lo que en el fondo son caprichos. En beneficio del pie diré que normalmente este calzado es el que mejor lo trata, con gran transpiración, acolchado en la planta, blando en su doblez... no es como estar descalzo pero bueno...
2)Lo he de confesar... soy un poquillo fetichista y opino que a veces, el pie bien vestido en el momento adecuado puede ser estimulante. Si ves una mujer con cierta ropa insinuante, unas medias estilizantes y finalmente, esos zapatos, normalmente de tacón alto, que realzan toda esa figura hecha para el pecado... buf, que me estoy poniendo tonto!!! Pues eso, que es una situación en que veo encerrado el pie y me alegro. Luego los descalzas y ya está, eh??? (O los dejas, a gusto de la pareja... juguetones!!! jejejj)
Pues eso, en esas dos situaciones me considero culpable de su encierro.
En lo de los calcetines, me considero un gran asesino, más antes que ahora. El hacer deporte hace que mi cultivo de tomates en ellos sea floreciente, sobre todo cuando jugaba al baloncesto (y corto las uñas, eh??) Pero bueno, considero a mi santa madre una gran cirujana cosiendo las heridas que provoco a estos grandes aliados... hasta que mueren.
Sobre la fuga de los calcetines, en mi casa se suelen escapar a la terraza del 1º, jejj, pero tienes razón que hubo desapariciones misteriosas... Habrá que hablar con Iker Jiménez para que haga un programa especial de "Cuarto Milenio"
Por cierto, cuando puedas, sigue con Sensini, eh???
AUPIÑA!!!

Anónimo dijo...

Yo amo los pies y los calcetines pero no se como hago para que desaparezcan impunemente, no son felices conmigo!!!Sin embargo hubo una epoca en que solo las me fijaba en la "globalidad" de las mujeres. Despues comprendi que hay algo mas y desde entonces admiro cada rincon del cuero de mujer.
De todas maneras mi reflexion va a todos aquellos a los que los calcetines o cualquier prenda de vestir les desaparacen sin razon aparente. Que misterios mas insoldables!!!
Sensini seguira por vosotros, por mi fieles seguidores.
Me voy 2 semanas de vacances fuera de este pais y sin acceso facil a internete asi que la dos semanas que vienen probablemente no haya ni sensini ni relfexion. Viva las vacances!!!!!

Anónimo dijo...

Pues a mi me pasa todo lo contrario...mis calcetines me quieren muchísimo,y yo acabo queriéndolos a ellos(incluso a esos horribles de color rosa con lunares)...Duran y duran porque se resisten a dejarme,pero siempre llega el día en que cansados y ya practicamente traslúcidos,ni abrigan ni adornan,sino que más bien avergüenzan cuando algo me obliga a sacarme los zapatos.Normalmente les concedo varias actuaciones estelares antes de deshacerme de ellos definitivamente,es que no me lo ponen fácil...Nunca se agujerean,sólo se van afinando poco a poco hasta dejar ver el entramado de fibras que sustenta al tejido.Al final,en un día siempre triste y doloroso,me despido de mis calcetines favoritos,porque todos llegan a serlo(hasta los de color rosa y lunares).Snif

Anónimo dijo...

Los calcetos y su misteriosa desaparición. Bien, y nunca os fijasteis que además de desaparecer misteriosamente, tambien se van emparejando con otros que no son de su misma especie?...acaban siempre en el cajón mezclados. Pobres...tan solitos que están!
Los pies son una fuente de erotismo que yo he descubierto de modo tardío. Me gusta que me los acaricien. Y no me gusta demasiado andar descalza, a no ser en verano...me enfrío.
Pásalo bien en tus vacances!!!

Anónimo dijo...

Aunque tarde, (hasta hoy no habia visto esta reflexión),me apetece opinar sobre ella.
Me gusta cantidad andar descalza y procuro hacerlo siempre que es posible, en casa , en el jardín en la playa, en.....¡Hasta una vez conduje asi!.Pero soy cosciente de que esas fundas para los pies, en muchas ocasiones, son realmente necesarias.
Estoy de acuerdo en que, a veces, es toda una proeza mantenerlos emparejados, sobretodo cuando son de los tobilleros, muy majos ellos tan pequeños y escurridizos, perdidos siempre entre las demas prendas de ropa. Y ¿que me dices de la hora de ponerlos a secar?....¡es toda una obra de ingeniería!.¡A pinza por calcetín!. Cuando te das cuenta,has llenado todo el tendedero con calcetines.....
Pero, ¡ todo por los pies!, grandes merecedores de todos estos sacrificios.