lunes, 9 de abril de 2007

ACTIVADORES DE RECUERDOS

Os contare la historia de mi olvido. No me refiero a un olvido concreto sino general. Hablo de la inexplicable aptitud de perder todo aquello que a la gente le resulta inolvidable, quiero analizar la causa de la poca importancia que le doy a ciertas cosas materiales pues cuando estas desaparecen no sufro en demasía. ¿Debería sufrir?

Ayer perdí la cartera. Lo primero que pense fue “mierda el DNI” , supongo que es una tendencia común preocuparse primero por los documentos identificativos o vinculantes con la civilización (tarjeta de crédito, carné de alcoholicos anonimos, etc). Esas llaves para acceder a los laberintos virtuales de nuestra actualidad son necesarios para funcionar en el sistema y su importancia radica en nuestra habitación a dicho sistema, pero ¿tienen realmente importancia a nivel emocional?

Minutos después de desaparecer la cartera y de superar la frustración exagerada que provoca perder algo públicamente importante empecé a sentir rabia por los activadores de recuerdos que con ella desaparecieron. Un dibujo de carboncillo que mi prima italiana pequeña me hizo entusiasmada cuando la conocí. Era ella con un sol radiante a sus espaldas (me lo explico cuando recibí el presente) y yo pense: que bonita concepción del mundo; sonrisas y sol. Cada vez que en un momento de espera burocrática o viaje cotidiano me desesperaba sacaba el dibujillo infantil, esbozaba una tímida sonrisa y venia a mi mente su rubia inocencia. En otro compartimento de mi cartera, bajo un plástico transparente había un ombligo. No se equivoquen, jamas fui aficionado a mutilar humanos (aunque mas de uno se lo ha merecido), era una foto estampada sobre una tarjeta telefónica que compre en Ámsterdam. Cuando buscaba dinero para cualquier gasto diario veía el ombligo desconocido y recordaba varias cosas. Entre ellas un viaje inolvidable con 4 amigos a la superfluamente llamada Venecia del norte, comparación odiosa aunque he de reconocer que gráficamente correcta. Una semana de risas estridentes, borrosas calles empañadas de rojo, pocas visitas culturales y consumo de todo tipo de hierbas (fumables claro). ¿Perdida de tiempo? No creo, era necesidad juvenil, un turismo meditabundo y relajado. Con esa semana enlazo 10 días en Paris (allí si hubo visitas culturales), Bilbao, Lagos de Covadonga y más risas, hierbas y recuerdos que vienen. Según mi estado de ánimo la tarjeta telefónica también me recuerda ombligos deseados y poseídos, ombligos acompañados de cuerpos enteros desnudos que ame y odie, que me amaron y odiaron.

En mi cartera había muchos otros activadores de recuerdos. Entradas a míticos conciertos, tarjetas de amigos, enemigos y colegas, tickets de museos, billetes de autobús. Todos provocan la reconstrucción de algún hecho y la consiguiente rememoración de otros. La mismísima cartera, aparentemente inocua, me recuerda a mi padre.

Sin activadores los recuerdos se esfumarían o serán sustituidos por otros, por eso escribo. Para no olvidar y para recordar. Escribo también para restarle importancia económica al hecho y para luchar contra la difícil tarea de no lamentarme por haber perdido los 50 euros que tenia en la dichosa cartera.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final, lo de menos son los 50 euros.
Cada vez que he perdido un bolso o algo en las múltiples mudanzas que he tenido en los últimos años, me he sentido como huerfana...sisi...como si el perder algo aparentemente tan nimio como una entrada de un concierto o una foto de carnet de mí misma que me saqué cuando tenía el pelo mas largo que nunca, fuera algo realmente necesario para vivir.
Pero sí, yo creo que los recuerdos son necesarios para vivir. Para vivirlos una y otra vez.
:-)

Anónimo dijo...

Joder!! Con este tema, en lo que se refiere a mi, diste en el clavo!!! La verdad es que soy un poco freaky con esto de los recuerdos y de cosillas que ayudan a rememorar detalles, momentos, personas, viajes... PUF!!! Tengo infinidad de cachibaches y papelotes de momentos puntuales, de cuando era un niño (físicamente, pues mentalmente aún no maduré de todo...y creo que eso es bueno, pero eso es otro tema) y de no tan niño. Soy capaz de olvidarme de lo que hice ayer, pero recuerdo perfectamente lo bien que lo pasé cuando España ganó a Dinamarca 5-1 en el Mundial de Méjico '86, con 4 goles de Butragueño. Tengo un cajón lleno de papelotes de los viajes que hice, de la visita a Italia que te hicimos, del interrail (ahí, como tú, son más necesarios los recuerdos materiales, pues ya sabes los efectos secundarios de esas hierbas...), a Portugal con la moza, o a Betanzos mismo, que por ser ahí al lado no deja de ser especial. Tengo hasta estuches que me regalaron de niño intactos, la boina de mi abuelo, simples lápices que significan momentos o recuerdos... y los que se me habrán olvidado, a veces pienso que tendría que guardar más cosas, jejej.
Siento lo de la cartera. Yo procuro no llevar cosas verdaderamente importantes en ella para que, al perderla, no me duela tanto. Lo de los documentos, te fastidia por el simple hecho de que es un coñazo volverlos a hacer, la burocracia, desplazamiento y todo eso, pero se vuelve a recuperar, pero la tarjetilla del ombligo ya no. La pasta... hombre, a no ser que sea una cifra escandalosa, pues te jode, y punto, y ya pasó.
Bueno, que me enrollo, que estoy totalmente de acuerdo con esta reflexión, que me importan más esos papelotes que el pelo de mi cabeza!!jejej. Lo digo por la reflexión pasada...
Ah! y me pasa como a ti, la propia cartera tiene su historia... Bueno, y pienso en las camisetas con las que visto, que casi todas tienen algo que contar... Y LAS DE FÚTBOL QUE TENGO, como la de la Fiorentina, que es de lo que te hablaba antes... BUENO, YA PARO!! Que si sigo así...
BESAZOS!!!

Anónimo dijo...

Uy uy uy que triste perder la cartera!no es tono irónico,es cierto.
La última vez que perdí mi cartera fue en el Egeo toda alcoholizada hace casi 10 años y me llevé un tremendo disgusto...los "recuerdos" que allí había me hacían pasar una y otra vez por esos recuerdos(jeje) y te jode,pero aprendes,ahora en mi cartera llevo:D.N.I,tarjeta y nada más porque no quiero pasarlo mal por una cartera nunca más!besos

Anónimo dijo...

Como decían en cierta película "hasta ahora todo va bien". A veces no se si los recuerdos sirven para algo o son simplemente la última cobardía que nos ata a un tiempo que nunca volverá a existir...Haz una entrada sobre el sentido de la vida (pelicula horrible, por cierto, de los Monty P.)

Anónimo dijo...

Yo pienso que vale al pena recordar pero miestras se disfruta de la vida. Hundirse en los recuerdos solo sirve para hundirse mas. Los recuerdos son para "no lo volvere a hacer", "si lo volvere a hacer" o un "estuvo bien" y muchos mas.

Sigamos viviendo pues para generar mas recuedos

Esta bien Scargoli, tu lo has querido, la semana que viene hablare sobre el sentido de la vida.

Anónimo dijo...

Por cierto. Seriais tan amables de leer el proyecto Sensini (novela de publicacion semanal- a la derecha , bajo los esqueletos) para ver si os mola o no. Gracias

Anónimo dijo...

muy interesante tus activadores, me imaginé que le dabas bien a las hierbas y a disfrutar de la vida , creo que para eso estamos,hay que hacer lo posible yo trato.
lei mother.