domingo, 18 de marzo de 2007

EROSION FRONTAL


Se me cae el pelo de la cabeza. Es una desertificación que avanza inexorablemente como anunciando el final de mi juventud. Como si fuera un insecto o una serpiente a la que le llegó el momento de la muda, de empezar otra etapa. Me dijeron que lo único que frena la caída del cabello es el suelo y estoy de acuerdo con matices. En mi caso el pelo cae de la cabeza al cuerpo. Hablo totalmente en serio. Mientras la redondez de mi cabeza se hace cada día más evidente mi pecho se transforma en el de un oso. He encontrado incluso intrusos en mis hombros y espalda, y cada vez más. Observando a otros infortunados
compañeros en esta insufrible erosión veo que todos desarrollan una mas o menos tupida alfombra en su torso. Curiosamente los más lampiños, los que en su pecho tiene cuatro amigos solitarios, ondean su cabellera al viento, y esta (no como la nuestra) empieza cerca de la frente.
Otra hipótesis podría ser que el cuerpo, desorientado y desequilibrado por la edad, se dedica a alimentar la crecida del vello en lugares inesperados e inverosímiles: Cada vez con más frecuencia tengo que hacer uso de la tijera para cortar mi melena nasal, cosa que en mi infancia, adolescencia y juventud jamás tuvo razón de ser. Pero hay otro órgano craneal que evoluciona a selva: Mis oídos. Su depilación resulta poco ortodoxa, seguramente dolorosa y por ahora no me traen excesivos problemas, no he notado un descenso en mi capacidad auditiva. ¿Y que decir de las cejas? En fin.
Son solo hipótesis a las que el lector encontrará, sin duda, muchas excepciones. Todas surgen de la incipiente pérdida de masa proteica que estoy sufriendo en la parte más importante de mi cuerpo. Afortunadamente parece que este descenso de apariencia juvenil ha ido acompañado de una noción cada vez mas profunda del mundo que me rodea, del sentido de nuestra existencia y de mi mismo. Tranquilos, no les voy a revelar el sentido de la vida. No me considero uno de esos que dicen saberlo ni creo que lo sepa hasta mi muerte (momento en el cual será demasiado tarde). Estoy hablando en realidad de la llegada de la madurez. Yo no la identifico con la seriedad, el descenso de la lujuria, el cansancio o la templanza. Creo que es el reconocer, el aceptar, el disfrutar conscientemente y con tranquilidad de nuestra existencia.
Esta disfunción frontal de mi cabellera no hace mas que confirmar el paso del tiempo, el venir de otras emociones, de otra etapas. Puede que incluso ahora, y definitivamente, alguno me tilde de feo o de viejo, pero me da igual. Yo lo supliré con una encantadora sonrisa y con la convicción interna de que aun hay maravillosas cosas buenas por llegar, de que el día a día debe ser exprimido con el máximo realismo (esto no nos exime en absoluto de ser optimistas) ¿Lo mejor ya ha pasado? ¡Ah! que razón tenia Jorge Manrique cuando en un maravilloso poema dedicado a la muerte de su padre decía:

Cúan presto se va el placer,
como después de acordado
da dolor,
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Y es que, querido lector, ¿como vamos a añorar lo no ocurrido y lamentarnos por lo que esta por llegar? Siempre se idealiza el pasado, ¡es un mecanismo humano! No seamos tan negativos. La vida es corta pero hay tiempo para muchas cosas, cosas más importantes que perder el pelo. "Si el pelo fuera importante no lo perderíamos", dijo alguien muy despierto. Es un fenómeno cómico, del que se ríen las victimas y los espectadores, incluso algunos artistas. Galeano escribió, "los peluqueros me ofenden cobrándome la mitad". Todavía no he llegado a esa fase. Sin embargo, despido a mis pelos con emoción y sin dolor. Al dejarme y perderse trasportados por agua y viento no hacen mas que permitir que mi información genética recorra el mundo orgullosa y ¿quien sabe? Es posible que dentro de cientos de años algún humano inconsciente encuentre un pelo mío y me clone. Eso si, ese otro yo, esa replica física de lo que yo fui, se hará implantar a bajo precio una esplendorosa cabellera de gran calidad porque, tarde o temprano, también se le caerá el pelo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

:-)
Son estupendas dos cosas, que abrieses un blog, con lo desestresante que es soltar pensamientos y reflexiones al viento. Que luego no es tan viento y descubrirás que te leen desde muchos sitios, algunos inverosímiles.
Y tambien me parece interesante el tema que has escogido. Yo celebro la llegada de la madurez con otros signos, y menos mal!!...pero bueno, imagíno que la adolescencia tardía, esa que caracteriza nuestra generación, ya ha pasado y ahora llegan otras cosas. Veamos como evolucionamos.
Si pinchas a mi nombre, te redirecciona a mi antiguo blog. Que sepas que yo leo y generalmente comento.
Seré asidua.
Marivi...en adelante Marifris.

Unknown dijo...

El anuncio del refresco de cola light más vendido, por lo menos en el estado español, creo que decia al go como "que levante la mano el que se quedaba calvo se rapó el pelo para parecer más sexy" Coño tengo agujetas en el brazo de tanto que repetían el anuncio.
De todos formas no creo que la caída del pelo sea el sítoma definitivo de la llegada de la madurez. Cuando en realidad te das cuenta de que te haces viejoes cuando un chaval de 16 - 17 años se tropieza contigo y te dice "PERDONE SEÑOR", entonces te das cuenta de que sino has madurado pronto caerás del árbol por cumpla de la podredumbre.
Ánimo la plebe reclama más reflexiones.

Anónimo dijo...

Al fin lo has hecho... ¿Es cosa mía o esta erosión frontal no es la misma que aquella otra? Es inútil luchar contra lo inevitable, dicen, el problema es tener la certeza de que algo no se puede evitar, en realidad es la duda lo que nos impide vivir con plenitud, por eso los idiotas son completamente felices... Aceptar es otra forma de ser feliz, la resignación bien medida, es como un póster que tapa un desconchón de la pared, sabemos que sigue ahí pero ya no nos importa. Desde luego, y aunque sea una perogrullada, no me resignaré simplemente a vivir para morir, es cierto que no guardo mi esbelta figura de antaño, ni corro como corría, y ahora tengo pasado que recordar. Así que me resigno: me resigno a envejecer, a lo demás no pienso renunciar, pues si convertirse en una momia atada a un sofá con mando para trescientos canales y una hipoteca a 40 años con coche fuera de mis posibilidades... prefiero estar muy verde es decir, inmaduro.

Anónimo dijo...

CÓMOOOO??? QUE ME ESTÁS LLAMANDO PELUDO Y A LA VEZ CALVO DE MIEEERDAAA???? YO LO MATO!!! Ya hablaremos, ya...
jejej... Pues a mi lo que me espera... lo del pelo el el resto del cuerpo ya lo tengo más que superado, y tienes razón que a medida que pasan los años van a más... ESO NUNCA LO HABIA PENSADO!! Porque con la mata que ya tengo podría llegar a ser preocupante... mmmmm... Un día que me veais por la playa no sabreis en que dirección voy, si p'alante o p'atrás, sólo vereis una mata con un bañador puesto... bueno, mientras en los ojos no crezcan pelos...
Y sobre los de la cabeza pues... mi abuelo era peludo y calvo, mi padre peludo y casi calvo y yo... pues creo que la naturaleza y la genética no me dejan muchas opciones, somos una curiosa paradoja. Yo, aquel Menino que lucía melena al viento... me parece que ya no podrá volcer a ser. Ahora que estoy a medio proceso de pelo largo, se me ven porciones de cabeza entre el "flequillo" donde antes tenía que ponérmelo detrás de las orejas.
Bueno, pues todo esto, aunque no os lo parezca después de los hablado, no me quita el sueño. Y como decís, la juventud se mide con las ganas de vivir y de hacer cosas, con lo que llevas dentro que es lo que vale, CON SER FELIZ!! Y si eres feliz viendo la tele, con tu birra y tu sofá, como ponen por ahí arriba, pues perfecto!! Hay miles de cosas en la vida cercana que nos rodea más importantes que la cantidad de pelo que tengas en el cuerpo y en la cabeza... aunque a veces la gente te judgue por eso... pobres, no saben lo que se pierden...
Oye!! FELICIDADES POR EL BLOG!! El Meni procurará seguir por aquí, calvo o con "cuasimelena"...

Anónimo dijo...

Si no fuera porque te vi hace un par de semanas como mucho,tendría miedo de encontrarme contigo,monstruo de selváticos orificios naturales.Exageras.De todas formas,me siento identificada porque más o menos desde los 17años uso crema antiarrugas para pieles maduras(sin éxito alguno,¿por qué será?)y pese a que me dicen que no aparento mis treinta castañas,yo cada día me veo más decadente,vieja y polvorienta(sí,oye,que a veces me dan ganas de pasarme el plumero y todo...).Pero bueno,si tengo que pensar que lo mejor de mi vida está en el pasado,me da un patatús,porque yo tengo grandes esperanzas en mi futuro y creo que a la fuerza será más dorado y esplendoroso que todo lo vivido.Si no,¿pa qué seguir?.Besotes Juffito(ahora ya sabes quién soy,¿no?)

Anónimo dijo...

AY querido hermano,a todos los hombres se les cae el pelo,pero no pasa na,todas tenemos nuestra primera cana,nuevas etapas y la vida sigue y hay q disfrutarla!

Anónimo dijo...

Se me caen las lagrimas de emocion con los primeros comentarios de mi blog. Aunque teniendo en cuenta el numero de visitas que marca el numerometro este de abajo no entiendo porque los otros no pudieron dejar un corto estuve aqui.

Como no tengo entrenamiento d esto de los blogs no sabia que habia que responder y comentar lo que los demas dicen (instrucciones recibidas por el consagrado y mundialmente famoso blogger El Desertor), lo hare en la siguiente renovacion semanal.

Abrazos multiples a todos los hombre y mujeres que lo deseen!

Anónimo dijo...

"Decirle a alguien:¡Que joven estas!, es tambien una manera de decirle:¡Que viejo eres!.
Veamos,¿Te ha dicho alguien alguna vez eso?.
Seguro que no, entonces, porque tengas unos cuantos pelos menos en la testa y unos cuantos mas por el resto de tu anatomia.......
Las arrugas no son un signo de juventud y sin embargo cuanto mas arrugado (circunvolucionado)esta el cerebro mas inteligente es la persona que lo posee.