ADICTO AL HEAVY METAL
Me gusta el heavy metal. Siempre me ha gustado, desde que descubri, a mis 16 años, la vitalidad y fuerza del Powerslave de Iron Maiden, con esa portentosa voz de Dickinson amparada por la creatividad de Harris, el heavy se ha colocado como una de mis musicas preferentes. No soy un experto en la materia pero se del purismo, la obsesion por la perfeccion tecnica, la expresividad y energia de los integrantes un buen grupo heavy. No hay mas que escuchar la elaboradas canciones de Dream Theater o algunas geniales composiciones de Joe Satriani o, porque no decirlo, Baron Rojo (la mejor banda de Heavy de la historia de España, como minimo). La estetica heavy es genial. Los heavies bajo toda esa imagen de melenudos cerveceros, guarros y bestias, pantalones ajustados, tachuelas y cuero esconden a personas que saben disfrutar de la vida, que aman la musica y a las mujeres y que solo quieren pasaselo bien. ¿quien no? Lo que mas me sorprende es que ser adicto al heavy metal pueda convertirse en el chollo de tu vida.
Mientras el mundo se viene abajo, los afortunados que disfrutamos de occidente y sus excesos podemos llegar hasta el mas absurdo nivel de proteccion social del individuo, donde somos como fragiles seres que necesitamos ser asisitidos psicologicamente por cualquier cosa. La ultima es la noticia que lei en un blog de El Mundo sobre un tipo de 42 años llamado Roger Tullgren al que el estado sueco ha "galardonado" con una pension de invalidez de por vida de 400 euros al mes por ser Adicto al Heavy . No es broma:
Un juez de Hasslehölm, su localidad natal, ha certificado que Tullgren no puede desempeñar su trabajo sin someterse exageradas sesiones de heavy que, a veces, incluso le impiden llevar su labor profesional como debe. El detonante fue el último (y al parecer enésimo) despido de nuestro héroe, que no pudo evitar asistir en 2006 a más de 300 conciertos para levantar su mano cornuda, abandonando su puesto de trabajo en tantas ocasiones que su jefe, poco comprensivo, le despidio (estos amantes del pop..) Tullgren llevaba ya 10 años intentando que la justicia sueca reconociera su adicción musical como una dependencia que le mermaba psicológicamente. Así que entre el juez y el INEM sueco buscaron la solución: un trabajo a media jornada donde además pudiera seguir cultivando su melómano cuelgue, y una pensión de 400 euros al mes para cubrir la parte del día no trabajada. Tres psicólogos impulsaron la moción.
Leyendo esto uno se pregunta. ¿Porque el estado español no paga mis adicciones? (no pienso confesarlas aqui). Afectan gravemente al desempeño de mis funciones en mi puesto de trabajo!!!! Esto de que en los paises escandinavos hay un alto indice de suicidios y que la gente es muy desgraciada etc, etc debe ser cierto pero se de uno, al menos uno, que cada dia debe escuchar el "Run to the Hills" alzando su cerveza y moviendo su melena al viento, dandole las gracias al Dios del metal (y al estado sueco) por subvencionar tan sorprendente adiccion.
¡Viva El Heavy!