LAS ARMAS DE DESTRUCCION MASIVA
Hace no pocos dias viajaba en tren hacia el norte del pais. Mi somnolencia post-etílica y el traqueteo monótono de la maquina imparable me sumían en un estado confuso pero reflexivo, una paradójica mezcla de inactividad física pero una aceptable actividad mental. En ese placentero trance me dedicaba a observar a cada uno de los pasajeros que entraba en el vagón, sus caras, sus ropas, sus gestos. Mi juego consistía en inventar posibles nombres, vidas frustrantes, recuerdos olvidados y algo de sexo. En plena actividad paranoica, probablemente cerca de trazar el crimen perfecto o de descubrir a un terrorista musulmán desaparecido, llego a mis oídos una frase terrible acompañada de carcajadas. El que produjo la algarabía era un alemán con barba minuciosamente recortada y los que reían eran, probablemente, también del norte de Europa. Puede que lo realmente chocante de la situación fuera el acento, mi estado de animo o mi mente enferma, no lo se. Lo que si puedo asegurar es que esas tres nefastas palabras que pronunció, ordenadas de esa manera y en ese preciso instante me produjeron un extraño sopor, un miedo indescriptible. Me explico: El inconsciente alemán encontró tremendamente divertido su incipiente conocimiento del español y tal vez por eso sus compañeros rieron como colegiales cuando escucharon como decía en voz alta y contundente, con acento bávaro: “Arrmas de destrrusion masifa”.
Armas de destrucción masiva. Cualquier ser humano aislado de la sociedad durante unos años se estremecería al oír esta construcción infernal y se preguntaría que diabólica mente habría inventado y nombrado tan pavoroso y contundente concepto. Pero no, la mayoría de nosotros por no decir todos, utilizamos el “armas de destrucción masiva” como un simple cliché, como algo mas que cuentan por la televisión, como un titular de periódico. ¿Alguna vez han pensado realmente en lo terrible de esta frase?
Las armas han provocado siempre destrucción, fuera para comer un venado o para demostrar al más débil de la tribu quien era el mas fuerte, para recuperar o usurpar los dos palmos de terreno al otro lado del río, para ocupar las fértiles tierras de Galaecia o un asaltar un barco cargado de oro. Entonces ¿porque ensañarse con Armas de destrucción? ¿Porque este amago de redundancia tan mal intencionado? Me viene a la mente el profesor loco de bata blanca y pelos blancos revueltos levantando su tubo de ensayo humeante y gritando “He creado un arma de destrucción!”.
Pero eso no es lo peor. El regodeo máximo es la palabra final: Masiva. Por si nos había quedado alguna duda o creímos que no era para tanto, que aun podíamos sobrevivir a los efectos de dicha arma de destrucción. Pienso en millones de personas, animales y plantas vaporizadas en segundos, catedrales y mezquitas cayendo como fichas de dominó, trillones de inocentes microorganismos destruidos. Todo, destrucción masiva, como si al mismo Dios en el que todos creemos de alguna u otra manera se le diera por destrozar su creación cual niño enfadado, ensañándose con sus juguetes. Ojalá fuera asi. No es que me entusiasme la destrucción masiva pero por lo menos de esta manera podríamos decir que no estaba en nuestras manos, que fue decisión divina.......Aunque pensándolo mejor, es casi el mismo caso. Lo único diferente es que hoy los dioses y las armas son muchos y cambian con el tiempo y nosotros miramos el espectáculo en el salón de nuestro cálido apartamento esperando que la destrucción masiva no nos alcance.
2 comentarios:
Armas de... destrucción masiva... son dos nucleos separados, arma de destrucción es redundante, salvo con fines poéticos: armas de amor, armas de paz, armas de insurrección... pero desde luego en el contexto, el arma siempre es de destrucción, por tanto , masiva se refiere a la destrucción y no al arma ¿pero que es un arma de destrucción masiva?... una vez oí que si se mataba a mucha gente con una pistola, entonces sería un arma de destrucción masiva, en realidad lo que quiere decir masiva en el contexto de un arma es "matar a muchos muy rápido"... este concepto es sumamente interesante, pues cuando eramos pocos sobre el planeta, un cuchillo era un arma de destrucción masiva, servia para degollar a un pueblo entero, proporcionalmente una destruccion masiva, con los años, y pese a la muerte masiva, el humano siguió expandiendose y cada masacre, como ocurre con los arboles bien podados hizo que resurgiesemos mas vigorosamente. Nunca habían muerto tantos como en la epoca moderna y aun asi nunca habíamos sido tantos, nunca ha habido armas de destrucción masiva tan poderosas y nunca habíamos alcanzado este numero de 4800 millones de almas. En resumen, las armas de destrucción masiva son un indicador de vida, cuanto más poder de destrucción, mejor estaremos, debemos avanzar hacia el arma definitiva que destruya de un solo golpe la humanidad, pues en ese arma estará... Dios.
Dios mio! el profesor loco!!!algun dia encontraremos un arma que destruya todo de un plumazo y el que apriete el boton sera Dios pues no solo habra decidido el destino de la humanidad sino que el tambien desaparecera para que la tierra empiece un nuevo ciclo.
La expresion "armas de destruccion masiva" siempre me ha provocado una mezcla de estupor y gracia, es muy comercial y descripitiva.
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